“Línea Plateada genera viabilidad económica y eso no sólo es plata”

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) invierte, en promedio anual, 450 millones de dólares en Bolivia para proyectos que van desde sistemas de agua potable hasta infraestructura de hospitales. Recientemente se estrenaron dos obras construidas con financiamiento de la entidad: la Autopista La Paz-El Alto y la línea Plateada de Mi Teleférico.

“Para el BID es un mandato que los proyectos en los que interviene tengan sostenibilidad económica, financiera y socioambiental”, explica el representante del Banco Interamericano de Desarrollo en Bolivia, Alejandro Melandri. El ingeniero civil argentino es representante de la entidad en Bolivia desde noviembre de 2016.

El BID financió la Autopista La Paz- El Alto con 42,7 millones de dólares que costó su reconstrucción; y para la línea Plateada de Mi Teleférico desembolsó un crédito de 43 millones de dólares, el 77% de la inversión total de la obra, que fue de 56 millones de dólares.   Sobre estas infraestructuras viales urbanas, que implican  “costos hundidos” en cualquier país, y otros proyectos financiados por el BID conversamos con Melandri.

La reconstrucción de la autopista -entregada en enero por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC)- demandó 30 meses, 10 más de los previstos en el proyecto inicial. ¿Cómo evalúa el BID esta obra que financió? 

Creo que es un proyecto muy exitoso como obra de infraestructura, pues presentó desafíos muy grandes. Eso llevó a un periodo de evaluaciones de alternativas que demoraron la puesta en marcha del proyecto; lo que, lamentablemente, le dio mala fama porque no se lo veía arrancar y surgieron dudas sobre los porqués. Pero la realidad es que esta obra demandó grandes  ajustes técnicos.

Se pasó de una rehabilitación parcial a una rehabilitación completa de la calzada, que se ha ensanchado completamente y hoy tiene tres carriles por dirección, pese a que no había espacio -por un lado hay taludes altísimos que además están poblados y, por otro, barrancos- y esa no es tarea menor. También hubo que introducir obras hidráulicas para el manejo de las aguas que cruzan la zona, estabilizar taludes, montar un puente y otras tareas más.

Una vez determinado el reajuste, el proyecto se ejecutó en 19 meses, que era menos del plazo original (20 meses). Y recordemos que no se interrumpió el tránsito, con excepción de selectos fines de semana por el montaje del puente.

Pero hubo quejas ciudadanas contra la ABC por la demora.

Bueno, cuando uno padece un proyecto tiene un juicio negativo, pero yo invito a valorar el resultado de la obra terminada en las condiciones en que está y cómo facilita la circulación. Verdaderamente los proyectos de intervención urbana son muy complejos en cualquier parte del mundo y suelen deparar sorpresas que van más allá –y esto no es una crítica- de la gestión o capacidad local. Como vengo del campo de la construcción no quiero que esto suene a excusa (ríe).

En el caso de la autopista, el terreno es difícil con grandes taludes, con vertientes, por lo que se tomó una solución tecnológica sumamente innovadora, que es la incorporación de las microfibras en el hormigón para lograr una plataforma altamente resistente y eso ha permitido que la obra rinda más con similar presupuesto.

Es importante lo que ha hecho ABC al asimilar esa tecnología y ha sido importante la capacidad del contratista de mudar de la tecnología original a ésta. Los resultados han sido muy buenos.

¿Cuánto han encarecido el costo de la obra la inclusión de la tecnología de microfibras y los otros trabajos imprevistos?

Hablamos de un 25% de incremento en relación al proyecto original. Así que la autopista frente al costo licitado y las añadiduras se encuentra en un costo razonable. La única prueba de una obra como ésta es el tiempo.

Otra de las obras visibles apoyadas por el BID es la línea Plateada de Mi Teleférico. ¿A cuánto asciende este financiamiento?

Veníamos trabajando con Mi Teleférico y siguiendo el proyecto, pero con financiamiento hemos participado en la línea Plateada, donde hemos colocado un financiamiento del orden de los 43 millones de dólares sobre los 56 millones totales del costo de la línea. Trabajamos mucho con Mi Teleférico también en apoyo técnico. El teleférico de La Paz es la red más grande del mundo para transporte urbano con aproximadamente 41 kilómetros de líneas. Y nos interesó la Plateada porque es una línea que cierra el circuito y permite generar optimizaciones de uso para los pasajeros. Tiene una previsión de resultado económico muy positivo, así que es una contribución de desarrollo.

Paralelamente a sus ingresos por pasajes, la estatal Mi Teleférico tiene alto nivel de gastos operativos. ¿El financiamiento que recibió del BID será retornable? 

Cuando hicimos el préstamo a Mi Teleférico analizamos su situación financiera. La empresa estatal paga sus costos de operación y mantenimiento con sus ingresos por tarifas; aún cuando no ha alcanzado los niveles de ocupación máximos, porque este tipo de infraestructuras no arranca con sus niveles de ocupación máximos, sino estarían mal diseñadas. 

Lo que paga el financiamiento del BID es la inversión, en este caso de la línea Plateada, y éste es un préstamo al país que va a ser pagado por el país. Mi Teleférico como operación no paga, hasta donde entendemos, el financiamiento. Esto sería un costo hundido; es decir las tarifas, lo que cobra el sistema, no repaga la inversión.

Esta modalidad es característica de todas las obras de transporte público. Quien maneja un automóvil no paga la calle -o la paga a través del conjunto de la sociedad y los impuestos generales- pero usa una infraestructura que directamente no paga. Si el Estado no construyera esa infraestructura el usuario tendría que movilizarse a caballo o a pie. Vale el humor para dar a entender que una carretera, por ejemplo, no la pagamos.

Aquí en Bolivia hay peaje y es una contribución al mantenimiento de carreteras, pero en modo alguno paga la construcción, solo parte del mantenimiento. Las infraestructuras de transporte, en general, no pagan la inversión en ningún lugar, ni los metros ni las grandes autopistas. Hay pocas excepciones: obras específicas que tienen una altísima densidad de uso y pueden ser pagadas por el usuario de forma directa.

No hay que centrar la discusión en que si un sistema de transporte público paga su infraestructura. No, no la paga, en ninguna parte del mundo, no le alcanzaría y no sería justo. No es justo que sólo el usuario lo pague y se beneficie la sociedad en su conjunto.

¿Cómo se beneficiaría con un sistema de transporte un ciudadano que no lo use?

El beneficiario del teleférico -vamos al caso- no es sólo el que viaja, es también el que no viaja. Los conductores también son beneficiarios del teleférico porque sino las 3.000 personas por hora que viajan por cada sentido sólo en línea Plateada se transportarían en autos y habría 1.500 carros más en la vía. Así, los conductores no han pagado la tarifa del sistema pero se benefician con calles menos congestionadas. 

También está la disminución de contaminación. Y uno de los objetivos del transporte urbano, además de dar un servicio de calidad y eficiencia a sus usuarios, es atraer a los conductores y ofrecerles una alternativa para que dejen los vehículos en sus casas.

 Los buenos sistemas tienen la ventaja de quitar los autos de la calle. Incluso hay subsidios y hay penalidades para quien no usa el transporte público. En Londres si uno quiere ingresar al centro con un vehículo privado tiene que pagar 10 libras, sin tomar en cuenta el costo del estacionamiento.

Hay que hacer el análisis económico de infraestructuras de transporte óptimas que den resultado. Son inversiones “hundidas” pero que deben ser razonables.

Una premisa del BID, como dijo, es la viabilidad económica, ¿cumple ese requisito la Plateada?

La viabilidad económica es el resultado económico general para la sociedad y la subvención es el mecanismo financiero para que los beneficiarios equilibren los beneficios entre sí. Por eso financiamos carreteras y hospitales que tienen gran resultado económico porque sino la gente se enferma y la sociedad no produce.

La viabilidad económica no es sólo plata o se representa en plata pero para toda la sociedad, es el caso de esta línea del teleférico. Se debe buscar que el beneficio de todos los ciudadanos, incluyendo eventuales perdidas, dé un resultado económico positivo.

¿Financiará el BID la anunciada línea Dorada del teleférico?

Nos interesa verlo en su momento para ver cuál es el proyecto. Con la Plateada se completó lo que se llamaba la segunda fase. Las dos primeras eran las básicas que generaron una malla con muy alta circulación, con rentabilidad económica y beneficio para la sociedad. Luego hay otras líneas que son parte de un proyecto general que contempla cuatro fases. Si la línea Dorada demuestra tener viabilidad económica nos interesaría participar en el financiamiento.

La autopista y la línea Plateada  son ahora los más visibles, pero no los únicos proyectos del BID. ¿Cuántos proyectos financian?

Hay varios proyectos que significan una inversión de 450 millones de dólares en Bolivia al año, en promedio. Financiamos cuatro hospitales el año pasado y construiremos otros 10 esta gestión. Financiamos proyectos de agricultura y de entrega de tecnología a pequeños productores. Hemos financiado hace un año la represa de Misicuni. Financiamos proyectos de empleo y programas de salud y educación. También programas para la sanidad agrícola, ganadera y varios programas de agua y saneamiento rural; además de varios cofinanciamientos con otras entidades de desarrollo.

“El nivel de ejecución de proyectos en Bolivia supera la media”

“El nivel de ejecución de proyectos del Banco Internamericano de Desarrollo en Bolivia supera la media de la media regional”, asegura el representante del BID en el país, Alejandro Melandri. 

La cartera nominal de Bolivia en el Banco asciende al 2.400 millones de dólares que a lo largo de los años se han invertido en numerosísimos sectores, dice el ingeniero. “Estamos conformes con el nivel general de ejecución”, evalúa.

El promedio anual de financiamiento del BID en Bolivia es de 450 millones. “La cartera ha crecido, con lo cual el repago aún tienen plazos de 20 años. Bolivia todavía está en una etapa en la que recibe más de lo que paga, pero eso se va a equilibrar en un momento, porque esa es la dinámica del endeudamiento: tratar de adelantar lo que uno necesita y pagarlo después”, sostiene.

En general, los financiamientos de grandes obras -infraestructuras hospitalarias o de transporte- del BID son de 20 años y suele tener cinco años de gracia. “La ejecución media de nuestros proyectos es de cuatro años y medio. Se terminan de hacer los proyectos y se empieza a pagar el capital, en promedio, y se paga otros 15 años más, que es un buen récord para obras que empiezan a tener retorno económico en varios años”, dice.

Fuente: Página SIETE

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